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6 oct 2011

Aprendí a levantar la cabeza cuando sentí odio, a llorar cuando me di cuenta de que no valió la pena y a reír cuando soñé con tu sonrisa. Aprendí a recordar cuando entendí que todo vale la pena. Aprendí que no termina, que cambia de forma. Que se puede amar eternamente. Que hay que rodear y llegar al otro lado para darse cuenta de que siempre es lo mismo. Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche, que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Aprendí que el nunca más, nunca se cumple y que el para siempre, siempre termina. Aprendí que el que quiere puede y lo consigue. Que a veces el que arriesga no pierde nada y que perdiendo también se gana.

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